Las palabras. Parecen tan fáciles de conocerlas pero la realidad es otra. Son muy pocas las personas que realmente saben utilizarlas. Es la herramienta más poderosa y destructiva que posee el hombre.
Hay palabras de fuego, que queman cuando salen. Palabras que incendian los oídos y la garganta. Palabras que duelen, palabras que quieren ser dichas y solo traen con ellas desdichas. Hay palabras que, cansadas de esperar se vuelven silencios que no pueden ser pronunciados.
Una palabra mala hace malos incluso a los buenos; una palabra buena hace buenos incluso a los malos”.
el chico del fondo a la derecha
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