Soy feliz
soy feliz!
Grito al pie de una boca
en las tres sílabas de la locura.
¡Soy feliz
soy feliz!
y los tres golpes de voces
despiertan otras lagunas
hasta que las ollas revientan de presión.
Depresión contagiosa de psiquiatría
donde los percebes se manifiestan
imponiendo su alegría a la sedación.
Están tan contentos
que se enrollarían el cableado de las arterias
hasta hacerse espina el corazón
o saltarían a los patios
sabiéndose nieve.
Pero las inyecciones les pueden
y se curan a fuerza de soslayos.
Es hermoso ver cómo cuelgan
de sus bocas
estalagmitas.
Sooo... yy... feeeli..iiz
Sooo... yy... feeeli..iiz
Y en la derrota desembocan los calmados
y al silencio diagnostican felicidad.
La alegría es un estado de locura
vigilado desde las almenas
y las condenas también son extravagancias.
El pasillo hace mamblas de tristeza,
soy infeliz por repetición.
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